El fabricante de cerveza alemán Jürgen Hopf muestra a la prensa una botella de su bebida Erotik Bier. Afirma que la bebida posee cualidades refrescantes y eróticas.
Esta cerveza se comercializa con notable éxito en su localidad natal, Schönbrunn, siendo una de las bebidas más demandadas entre sus vecinos.
El cervecero descubrió la efectividad de su particular proceso de elaboración una noche en la que falló el sistema automatizado de la cervecería en la que trabaja y fue llamado para arreglar el problema ya que vive a sólo unos metros de distancia. Jürgen decidió acudir en solo boxers ya que no había nadie.
Cuando llegó a la cervecería Hopf notó que la máquina estaba completamente rota así que tuvo que batir a mano la cerveza, metiéndose desnudo a la gran sopa de cebada. “De repente me sentí extraño y supe que esta cerveza sería distinta a cualquier otra jamás hecha”.
Cuando llegó a la cervecería Hopf notó que la máquina estaba completamente rota así que tuvo que batir a mano la cerveza, metiéndose desnudo a la gran sopa de cebada. “De repente me sentí extraño y supe que esta cerveza sería distinta a cualquier otra jamás hecha”.
Dos meses después su cerveza feromónica se había convertido en una leyenda local.
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