Unos bollos recién hechos con una taza de chocolate caliente podemos probar en El Monte Everest.

Una tienda de campaña transformada en una panadería, dotada de unos hornos especiales, es lo último en la montaña más alta del mundo.
A los escaladores agotados les atrae calor y aroma de pan fresco, tartas de manzana, pasteles de plátano .....
A Dava Steven, el propietario del negocio, se le ha ocurrido la idea en su segunda expedición al Everest.
A algunos les sorprenden los precios bastante elevados pero aquí esta la altura de 5350 metros sobre el nivel del mar y como asegura Dava, todos los beneficios van al fondo, que ayuda a las comunidades locales a prepararse para el impacto del cambio climático.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A ver cuando ponen en Everest un Zara .......

Ruben dijo...

La montaña ya no es lo que era.Debe ser un medio difícil, hostil y extraño, y todo lo demás es adocenarla.
Un fuerte saludo Alex.

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